Andorra: recuperación económica con valor añadido
Tal y como destacan los diferentes organismos internacionales que analizan la evolución de la economía internacional, los efectos de la vacunación generalizada contra el Covid-19 están mejorando las expectativas de recuperación económica en comparación con las previsiones que se hacían a finales del 2020. Desgraciadamente, no todos los países están disponiendo de los mismos medios y este hecho sigue generando desigualdad, pobreza y riesgo generalizado de nuevos rebrotes por la inevitable movilidad humana internacional.
Existe unanimidad respecto a la previsión de un importante crecimiento del PIB durante el período 2021 -2022 al final del que se considera que habremos recuperado el nivel previo a la pandemia. En este contexto, Andorra que, de la misma manera que España y Francia, ha sido uno de los países en que más ha bajado el PIB durante el 2020, prevé crecimientos del 5’3% y del 5’7% para los años 2021 y 2022. En términos similares, se prevén fuertes crecimientos del PIB en España (5’9% y 6’8%) y en Francia (5’7% y 4’2%) durante 2021 y 2022.
Todos los indicadores se basan en la evolución normal de la economía prepandémica, y por lo tanto, se prevé, también para Andorra, una normalización del crecimiento del PIB entre 2023 y el 2026, bajando desde el 3’2% hasta el 1’2% y de forma bastante similar para los países de nuestro entorno.
Eso sí, Andorra como modelo de país, hace tiempo que ha apostado por dinamizar su economía potenciando su atractivo como jurisdicción abierta a determinados sectores de valor añadido.
Justamente la pandemia ha consolidado el uso de los medios digitales y ha acelerado el proceso de implantación de los mismos en nuestro día a día a nivel personal, profesional o empresarial. En este sentido Andorra se ha volcado decididamente sobre las nuevas tecnologías y está legislando en materia de activos digitales (blockchain, criptomoneda) e incluso, sobre los e-sports, con el objetivo de ser una referencia a nivel internacional en estos ámbitos.
Pero también la pandemia ha acercado Andorra aún más al mundo de la investigación y la innovación, donde el escenario que ofrece el Principado es de un valor diferencial difícilmente comparable con el de ningún otro país europeo. Esto le ha permitido captar la atención de unos laboratorios internacionales del nivel de Grifols, que instalará en el país en breve, y después de un acuerdo con el Gobierno de Andorra, un centro de investigación que se especializará en el desarrollo de tratamientos para trastornos del sistema inmunitario investigando las alteraciones de aquellas estructuras biológicas que tienen los organismos para protegernos contra determinadas enfermedades. Al nuevo Pyrenees Immunology Research Center de Ordino, se llevará a cabo la investigación inmunológica que debe permitir desarrollar nuevas terapias para tratar enfermedades infecciosas, inmunodeficientes, cáncer y autoinmunidad, entre muchas otras. Adicionalmente, conscientes de que tal iniciativa puede ser un polo de atracción de científicos de todo el mundo y de la oportunidad que esto representa para nuestro país, el Gobierno de Andorra ha decidido fusionar los diferentes organismos que hasta ahora aglutinaban la investigación creando uno nuevo en forma de fundación público-privada cuya marca de referencia será “Andorra Recerca i Innovació”, el cual tendrá como misión principal captar interés internacional, reforzando iniciativas a todos los niveles con el fin último de transferir conocimiento hacia el tejido productivo tanto dentro como fuera de Andorra.
Estas son algunas de las razones por las que me atrevo a afirmar que Andorra romperá las previsiones de normalización de crecimiento económico que auguran unos incrementos progresivamente moderados del PIB entre 2023 y 2026, para situarse, en índice de crecimiento superior, gracias al valor añadido de su modelo económico. ¡Tiempo al tiempo, pero este pequeño gran país todavía tiene mucho para sorprender al mundo!
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